martes, 3 de abril de 2007

Voy a dejar mi cuerpo suspendido
tal vez el viento lo lleve hasta algún río
y lo deposite mansamente.
El agua y su benevolencia
lo irán meciendo suave y tiernamente
y de a poco, despacio ira borrando
esta constelación de sensaciones....
Ira tomando el rumbo que el río quiera
no habrá de parte suya resistencia
y así, abandonado a su destino,
tal vez lo encuentres vagando por ahí,
que no te extrañe si no te reconoce,
el empeño está puesto en que se vuelva
lentamente pletórico de olvido
que se le borre cada una de las huellas
que quedaron de tu paso por él.
Es posible que no recuerde nada
de los días vividos,
del alborozo del tiempo compartido,
ni la pasión, ni la sensualidad
con que se abandonaba junto al tuyo
Es probable que te mire sincero
sin rastro de dolor ni de malicia.
No detengas tu marcha, te lo pido,
es factible que vuelva a enamorarse
y recobre el alma que ha perdido

3 comentarios:

Natalia González Gottdiener dijo...

Me gusta el ritmo de este texto. Para mí los ríos son aquellos del poeta Manrique que cantó a la muerte de su padre..., uno de los más bellos poemas de muerte: "Los caminos con los ríos que van a dar al mar que es el morir..." Un saludo y ¿cuál invasión? El muelle acepta muchas huellas. BIENVENIDA

Cecis ... funámbula dijo...

Gracias por venir, estas ya en mi mundo y si lo autorizas, queiro dejar tu huella en mi espacio para que otros puedan tener el privilegio de leerte.

Natalia González Gottdiener dijo...

La pregunta ofende..., por supuesto. Muchas gracias