jueves, 2 de diciembre de 2010

De Corazones-3

Dicen que no hay dos sin tres...


Cuando bajé del tren y te vi, mirándome fijo, no pude recordar en que momento te había dejado ahí.
No hiciste ni un solo reproche, ni siquiera pude percibir un rastro de pena.
Seguí de largo por el anden con la clara intención de dejarte atrás, de perderte nuevamente.
Pero vos recuperaste pronto la distancia y emparejaste tu paso con el mío.
Y será así, nomas, podré perderte de a ratos, pero tendré que aceptar que nunca te das por vencido.