Una sensación conocida....
de inmediato una certeza...
como de casualidad, una foto cualquiera...
Mas allá de un cuaderno desprolijo, que podría resultar un indicio,
un color, que al pasar resulta familiar...
un asomo que sugiere aquello que se amó...
un amor que se antoja tan lejano...tan ajeno.
Y unas manos, que a pesar de todo, reconocería entre millones, hasta a ciegas...

Dejo en este lugar las penas que supe cosechar en otro tiempo, las migajas de amor que fui dejando para encontrar la forma de volver...

Yo solo quería el sol de las mansas  mañanas, la sencillez de un mate, una porción  de verde y su mano en la mía, la emoción, el abrazo, la risa incontenible...

Miro hacia atrás y ya no queda nada, nada que fuera mio, tan solo el espejismo

Y esta sera la ultima...la ultima batalla que libre en este campo, las ultimas palabras que escriba de este cuento...

Finalmente llego la hora de emprender otro vuelo, de dejarme llevar, de asomarme a la vida que espera con paciencia a que yo me despierte.